Memoria para las guerras del Nuevo Mundo; por Antonio Maira
La guerra se ha extendido a Afganistán, a Pakistán y a Palestina, y espera paciente su turno –si resulta económicamente “necesario”- en Corea, Irán, Líbano, Siria y la zona revuelta por Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia. ¡Ah!... y allá al fondo, China.
Además las guerras estallan allí dónde se ha martirizado y condenado a los pueblos: por ejemplo: Yugoslavia.
Así pues, después de 6 años de guerra feroz, continua y no finalizada en Iraq; es muy necesario -además de urgente- recordar la metodología de los conflictos bélicos del Imperio y sus secuaces. Hablamos del capitalismo en Gran Depresión: los Cinco Jinetes para otro enorme Apocalipsis.
Memoria para las guerras del Nuevo Mundo
Antonio Maira
inSurGente.- En este artículo se analiza el proceso planeado que culminó con la invasión y ocupación de Iraq. Fue publicado originalmente en abril de 2003 y advierte sobre la posible repetición de aquella infamia: “En esta época en la que los hechos se sustituyen fácilmente por secuencias televisivas creadas ad hoc, repetidas hasta la saciedad durante algunos días, archivadas después y mostradas de cuando en cuando en resúmenes que reafirman la historia oficial, o en conmemoraciones para dar ejemplo, es muy importante rescatar las múltiples piezas desechadas por ese relato del poder, construir los guiones rotos, enlazar los eslabones de una historia despiezada y deformada pedazo a pedazo, reconstruir la memoria completa y afirmarla en la conciencia de las gentes. Sólo así las nuevas infamias serán inmediatamente reconocidas y la indignación de los últimos meses se irá convirtiendo en resistencia y en revuelta. Muchos jóvenes han sentido por primera vez el desconcierto ante una ferocidad ignorada, la cólera ante una injusticia sin límites, el dolor ante una matanza despiadada, y la náusea ante tanta barbarie realizada por la codicia, en nombre de los derechos humanos”.
La primera etapa de la operación militar de destrucción, matanza y ocupación de Irak está, al parecer, concluyendo. Poco antes de que el marine-héroe frotase la cara de la enorme estatua de Sadam, en Bagdad, con un trapo de barras y estrellas, el Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos manejaba distintas opciones para dar por concluida oficialmente la guerra. Pero fue esa ofensa planeada –recibida con un silbido de protesta incluso por las pocas decenas de personas que se habían prestado a corear la victoria del Imperio–, retransmitida a todo el mundo por cámaras y periodistas de nuevo serviles, la que sirvió de cierre a la esquemática historia contada por Washington: "Señalamos el peligro universal, armamos la máquina de guerra, llegamos y vencimos, quebramos el Eje del Mal".
Memoria de una infamia
En esta época en la que los hechos se sustituyen fácilmente por secuencias televisivas creadas ad hoc, repetidas hasta la saciedad durante algunos días, archivadas después y mostradas de cuando en cuando en resúmenes que reafirman la historia oficial, o en conmemoraciones para dar ejemplo, es muy importante rescatar las múltiples piezas desechadas por ese relato del poder, construir los guiones rotos, enlazar los eslabones de una historia despiezada y deformada pedazo a pedazo, reconstruir la memoria completa y afirmarla en la conciencia de las gentes. Sólo así las nuevas infamias serán inmediatamente reconocidas y la indignación de los últimos meses se irá convirtiendo en resistencia y en revuelta. Muchos jóvenes han sentido por primera vez el desconcierto ante una ferocidad ignorada, la cólera ante una injusticia sin límites, el dolor ante una matanza despiadada, y la náusea ante tanta barbarie realizada por la codicia, en nombre de los derechos humanos.
Para mantener y fortalecer la resistencia ante el nuevo fascismo que se está reinventado en Estados Unidos y desenterrando en algunos países de Europa, es imprescindible reunir las páginas elaboradas en mil lugares y releer en ese libro abierto que ha sido en algunos momentos esta guerra.
Frente al esfuerzo por descomponer los procesos en fragmentos manipulables, romper la lógica de los hechos, y enterrar los sucesos más significativos, que hacen los órganos de Falsimedia, nosotros tenemos que participar en ese trabajo de reunir, ordenar y dar sentido a todas las piezas de la infamia.
Con el propósito de participar en la conservación y el rescate de la memoria de todos para la resistencia de todos, estoy escribiendo estas notas:
1.- Algunos antecedentes de la destrucción de Irak y la matanza de sus gentes
Más del Artículo aquí
http://www.youtube.com/watch?v=HrztDnISwIk
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